domingo, 4 de diciembre de 2011

PREMIOS LITERARIOS
Esta semana hemos conocido los nombres de dos escritores galardonados con importantes premios,los más importantes de la literatura en lengua española: José Luis Sampedro, que ha recibido el Premio Nacional de las Letras y Nicanor Parra, que recibirá el Premio Cervantes 2011.
En ambos casos, a pesar de la distancia física que los separa, debemos destacar que les une la experiencia, la lucidez, la sensatez, la humildad y sobre todo la coherencia en la defensa de sus ideas, las cuales demuestran una libertad  y un compromiso con la sociedad en la que viven, en la que creen y por la que luchan que es muy de agradecer en los tiempos que corren.
Nos sentimos orgullosos de que se premie a personas con su trayectoria vital e intelecutual y que reciban ahora, que todavía están vivos, el reconocimiento que se merecen.
Os invitamos desde este blog a acercaros a la obra en prosa de Sampedro y a la antipoesía de Nicanor Parra.


        ¿Habéis navegado alguna vez en un velero a lo largo de la costa, movidos por una suave brisa que susurra en las velas, y viendo a poca distancia cómo van apareciendo y quedando atrás los detalles del litoral? Estáis viendo una playa con un círculo de casitas, blancas y rojas, al pie de un monte, pero dobláis un promontorio y el mundo cambia: es ahora un alto acantilado a pico sobre el mar con orilla de espumas embravecidas. Y más allá es un puerto, grúas alargadas al cielo, inmensos buques cargando... La vida se desliza ante nosotros.   
       Pues bien, ésa misma experiencia, pero mucho más rica, más llena de sorpresas, la vivo yo en las grandes librerías. Entro en una y me rodean los muros tapizados de estanterías...

                                                    Inicio de "Navegando entre libros" (Seguir leyendo)

 Epitafio

                              De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca del ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo detonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario